sábado, 7 de agosto de 2010

Falta de rehabilitación de minusválidos adultos: La Deuda Impaga Del Estado Chileno



Camila Opazo, estudiante de psicología, de la Universidad Miguel de Cervantes, a sus 20 años de edad, corre un claro riesgo, puede dejar de ser atendida de su discapacidad motora, en unos meses más, ya que llega al tope de edad establecido por la teletón.

La joven, padece una de las parálisis cerebrales más comunes a nivel mundial, Diplejía Espástica. Enfermedad que se define: “trastornos motores, caracterizados por una alteración en el control de los movimientos y la postura, causados por una lesión cerebral”. Éste tipo de parálisis se tipifica como diplejia cuando el daño compromete, principalmente, las extremidades inferiores, al ser espástica aumenta el tono muscular, es decir, los músculos se ponen rígidos.
Son múltiples las causas que pueden provocar una parálisis. Se clasifican de acuerdo a la etapa en que ha ocurrido el daño al cerebro, las que pueden ser prenatales, perinatales o posnatales.
Una cifra cercana a 530 niños nacen con Parálisis Cerebral al año, tal tasa no ha aumentado en los últimos años. Los avances de la ciencia han permitido prevenir una parálisis cerebral durante la gestación.

En Chile se estima que una cantidad aproximada al 1.625.000 corresponde a discapacitados adultos, ya sean incapacidades motoras, visuales, auditivas o mentales,

Como Camila miles de lisiados quedan sin rehabilitación al llegar a la adultez, pues el sistema de salud actual no cuenta con un Centro que congregue y responda a las necesidades de éste tipo de casos.
Para el ex Director del Instituto Nacional de Rehabilitación, Patricio Núñez, el que los discapacitados adultos no tengan acceso a una rehabilitación constante y multidisciplinaria es: “la una gran deuda que tiene el Estado”, por su negligencia miles de pacientes pierden los sacrificios que tras años de tratamiento lograron conseguir”, aseveró.

Fuentes de la Fundación Nacional de de Discapacitados refuerzan los dichos del Médico, agregando que “los discapacitados son socialmente valorados sólo dos días al año, y es lo le brinda al Estado el eterno descanso en la figura de Don Francisco”. “Si bien él cumple un rol importantísimo en la integración de los discapacitados a la sociedad actual, no se le puede pedir, también que genere soluciones para los incapacitados que egresan de la Teletón”.


El antagonista de la Teletón

En Nuestro país existe, oficialmente, desde la década de los 90, el Instituto Nacional de Rehabilitación, Pedro Aguirre Cerda (INRPAC), el cual cubre áreas, tales como, la atención clínica de Rehabilitación, funciones de investigación clínica, docencia y extensión.
Cecilia Parraguez, enfermera, quien lleva trabajando en el recinto hospitalario desde que se inició, comenta que “es triste ver cómo los medios de comunicación no reconocen la labor de dicho Instituto, pues ellos realizan un trabajo en conjunto con la Teletón y siempre los reconocimientos son para los funcionarios de ese lugar y el nombre de (INRPAC) no se escucha en ninguna parte. Nosotros sabemos que nos tienen vetados en los medios de comunicación”.

Al ser consultada al respecto, la Directora de la Fundación Teletón, Ximena Casarejos, evitó referirse al tema, argumentando que “Es irrisorio pensar que la Fundación tenga tal poder”.

Durante su gestión en (INRPAC), Núñez, tuvo la iniciativa, de crear un centro que integrara a los discapacitados mayor edad de escasos recursos, que quedan fuera del Fondo Nacional cumplidos los 18. La idea no fue bien recibida por la Institución, lo que causó que fuera removido de su cargo.
“Me echaron porque sale más barato indemnizarme que costear el tratamiento de los miles que deambulan por los hospitales públicos en busca de atención de pésima calidad”, denunció.

El profesional, sostiene que aun existiendo los recursos, no hay ánimo en las autoridades competentes de crear instancias para darle continuidad a la rehabilitación de los pacientes que no alcanzan un tratamiento óptimo en la teletón a raíz de la alta demanda que ésta tiene.
La kinesióloga Ana María Carrasco describe cómo funciona la teletón.
“ Sé y conozco el mecanismo de atención que tiene teletón, puesto que trabajé 10 años ahí, estoy consciente que la fundación cumple un rol limitado por sus capacidades, pero tampoco podemos obligarlos a que prologuen los procesos hasta que el paciente alcance el máximo de rehabilitación”.
Yo no responsabilizo al Estado. Aquí hay culpas compartidas, también son responsables los médicos que no proponen ideas para revertir el sistema actual”.

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