sábado, 7 de agosto de 2010

UNIÓN CIVIL ENTRE HOMOSEXUALES Aprobación o rechazo en la sociedad chilena

Argentina ha dado un paso importante en lo que se refiere a igualdad de condiciones (se publicó el decretó que promulga el matrimonio entre personas del mismo sexo). Hace unas semanas el Senado aprobó el proyecto de ley que establece la posibilidad de que las parejas del mismo sexo puedan casarse, de igual manera que las heterosexuales.

Lo anterior indujo a que en Chile el tema volviera a la palestra, sin olvidar que provocó polémica en la pasada franja electoral. Los candidatos en ese entonces: Eduardo Freí, Sebastián Piñera y Enriques Ominami, instalaron en la agenda política el matrimonio entre homosexuales mostrándose favorables a presentar proyectos de ley en favor del reconocimiento de las uniones de hecho, todo con el fin de captar el “voto rosa”.

El presidente de Movimiento Integración y Liberación Homosexual (Movilh), Rolando Jiménez, espera que las promesas de la campaña presidencial se traduzcan en resultados positivos a través de la aprobación de una la ley de uniones civiles.

Hoy, la sociedad chilena esta viviendo un proceso parecido al de Argentina. Políticos, sociólogos y autoridades de la Iglesia se han referido a tema, cuestionando muchas veces a la persona, al sujeto en sí, desvalorando su actuar, integridad y dignidad. Olvidando que son humanos, que tienen corazón y además, que por su condición son totalmente vulnerables, ya sea porque sus familiares los han despreciado y olvidado o bien porque la sociedad los aleja de la vida cotidiana, de lo diario, teniendo muchas veces, por miedo, que vivir un mundo underground.


TODOS TENEMOS EL MISMO DERECHO, PERO…

La sociedad, acostumbrada a vivir con nuevos desafíos, aun no puede convivir con esta realidad. El común de las respuestas es: que vivan como quieran o con quien quieran, pero dentro de su casa. Por esa razón lucha Leonardo Fernández, para que toda persona pueda tener los mismos derechos que el resto, sin importar si es heterosexual, homosexual, transexual o bisexual. Porque para muchos no es molesto ver a una pareja heterosexual besándose, muchas veces lo encontramos hasta romántico y por qué no con una pareja homosexual, si el amor - quizás - es el mismo, o aun más.

“Yo soy profesor, ¿te imaginas si me beso con mi pololo dentro de la universidad? se aterrarían. Me llamaría el Director de la carrera y me diría: mira, nosotros te respetamos y esta universidad cree en la diversidad, pero eso de andarte besando acá, no. Por qué yo no me puedo besar, si es mi pololo. Tengo derecho, como todos a besarme dónde y cuándo quiera”

Leonardo Fernández, encargado
del centro de documentación y memoria
Movimiento Unificado de Minorías Sexuales. (MUmS)


La opinión pública ha mostrado un apoyo sustancial hacia las uniones civiles del mismo sexo: En 2004 el 65% de la población estaba de acuerdo con la legalización, sin embargo sólo el 24% se mostraba a favor del matrimonio homosexual. En 2009 una encuesta arrojó un apoyo del 33,2% al matrimonio homosexual y un 26,5% a la adopción por parte de parejas homosexuales. El apoyo entre la población más joven es mayor: De acuerdo con el Instituto Nacional de la Juventud de Chile el 56% apoyaría el matrimonio homosexual y el 51,3% la adopción por parejas homosexuales.
(Fuente: INE)

Al consultar a diversos entrevistados acerca del matrimonio entre personas del mismo sexo, no dudaron en decir que estaban de acuerdo, que ya era hora de que ellos pudieran “formalizar” su relación. Pero a la hora de preguntarles ¿cuál sería su reacción si los vieras en la calle? Marisol González titubeo un poco, pero fue directa al responder: “yo acepto eso del matrimonio, pero hay cosas que no se pueden hacer en la calle. Ellos no entienden que debemos acostumbrarnos y eso requiere tiempo”.

La opinión de los entrevistados varía según la edad. A Mónica Morán de 18 años se le ha hecho cotidiano ver a sus compañeros de colegio y amigos besarse entre personas del mismo sexo.

“Tengo amigos del mismo sexo que se han besado delante mío, de primera es fuerte la impresión porque uno no está acostumbrada a ver algo así, pero que ellos te digan qué es lo que sienten y sabes que el amor de ellos es el mismo que el de los demás, entiendes. Y es totalmente normal, por eso estoy a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo”.

-¿Crees que influye que muchos jóvenes están viviendo hoy en día con un papá o la mamá, porque se han separado?
- No, para nada. Tengo compañeros que son gay y sus papás tienen una buena relación, incluso tienen más hermanos. Yo por lo menos veo que son felices, como mí familia. Yo creo- como dijo mi profesora- que estamos dispuestos a vivir de manera más transparente.

¿Hasta que la muerte nos separe?
La realidad matrimonial en Chile.

“Tú estarás siempre a mi lado y yo junto a ti y así nuestro matrimonio será muy feliz. Pasaran los años y nuestro amor crecerá yo te amare... y tu me amaras...”, párrafo de la canción, “Matrimonio”, del grupo de los años 70, Los Tres Tigres. Antes la cantaban y se sabía que era real, aunque no existiera amor, eso no se cuestionaba, la unión era para toda la vida. Hoy el enfoque es otro. Por distintos cambios – individualismo, egoísmo - el compromiso es otro, sin obligaciones escritas asumen las responsabilidades.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), los chilenos se separan entre los 7 y 16 años de matrimonio, demorando un juicio de divorcio entre 3 y 6 meses. Desde el año 2005 han ingresado más de 126 mil peticiones de disolución del vínculo al Congreso. Alcanzando en Chile la más alta tasa de divorcios comparadas con Estados Unidos, Rusia y España.


"Con el estudio quedó de manifiesto que el fenómeno del divorcio en Chile alcanzó una inusitada fuerza. Bastante mayor a la observada en otros países.

Estamos experimentando una verdadera catarsis divorcista, toda vez que las cifras de divorciados corresponden a un universo de apenas un 26% del total de separados. También se constató cuantitativamente que nuestra sociedad sigue la tendencia de muchas otras sociedades en diversas partes del mundo, de fuerte desapego hacia el matrimonio tradicional, en contraste con el cada vez mayor interés que despierta el matrimonio informal o unión de hecho", afirmó Ricardo Viteri Prado, director de www.separadosdechile.cl.

La realidad matrimonial en Chile ha cambiado. El padre Pablo Arteaga, de la comunidad María Misionera, de Maipú, dice que el verdadero amor siempre tiene renuncia. “No estamos dispuestos hoy en día a renunciar por el prójimo. Pensamos en nosotros después en el prójimo”, explica.
Leonardo Fernández, historiador, explica que la sociedad está cambiando. Entendiendo que no hay una claridad exacta del por qué, está seguro de una sintomatología que es producto de la normalización del desarrollo derivado de los políticos de los años 60 como institución de control de la sexualidad, en que la mujer es la que ha salido del hogar, agregando que autoridades, como la Iglesia han perdido soberanía institucional, fundamentalmente ha decaído la fuerza del discurso matrimonial. Cada vez más el Estado se va haciendo cargo de la crianza del niño, ya la familia no es la que forma, la que educa, no es el ente socializador. Es el Estado el socializador. No nos damos cuenta si nosotros delegamos en el Estado o bien el Estado se está apropiando de esto.


DIVERSIDAD SEXUAL Y EL MATRIMONIO


En Chile existen distintos movimientos que defienden la diversidad sexual. Entre los más conocidos están el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (MOVILH) y el Movimiento Unificado de Minorías Sexuales (MUmS), entre otros.
Leonardo Fernández, historiador y encargado del centro de documentación y memoria del MumS, explica: “hoy opinamos frente al tema, porque se nos ha impuesto, pero cuidando de dar a entender, que lo que buscamos es igualdad de derechos. Para nosotros los derechos son fundamentales.Si ha consecuencia del reconocimiento de los derechos iguales para todos, resulta que también nos podemos casar, ¡bien!”.

El MUmS está trabajando para abolir las categorías sexuales que separan a hombres y mujeres, porque piensa “que eso sirve de sustento al poder patriarcal”. Busca integrarlos como personas que son, como sujetos de derecho y que no haya que legislar especialmente para estas diferencias.

La posición del MOVILH ha sido la más conocida por la opinión pública, presentando proyectos en reiteradas ocasiones, ha mostrado su descontento con la sociedad, no por una cuestión de imitación, sino porque “el matrimonio es una ley de la república, un contrato civil entre dos personas que tienen un proyecto de vida en común, dos personas que han conformado una familia que se aman y la ley de matrimonio civil lo que hace es generar un piso de estabilidad jurídica. El tema de los bienes, por eso es la necesidad de expandir el matrimonio a todas las parejas que quieren hacer uso de la institución. Son razones de igualdad jurídica ante la ley”, comenta Rolando Jiménez.

Según el Presidente del MOVILH, deben existir unos siete u ocho proyectos de ley de unión civil. La mayoría de ellas está archivada porque no se tramitaron, incluida la que ingresaron el año 2003. En este momento hay cuatro leyes que están en condiciones de ser debatidas en distintas comisiones:

1. La que presentó el Senador Andrés Allamand de acuerdo en Vida en Común, hace un mes y medio.
2. El pacto unión civil que ingresó el MOVILH en octubre del año pasado.
3. En enero de este año, Girardi y Ominami ingresaron otro proyecto
4. Hace dos o tres meses, los diputados Gabriel Silber y Gabriel Ascencio ingresaron un proyecto de unión civil que regula solamente las parejas gays y lesbianas.

Según Jiménez, de esos proyectos sólo dos tienen mayor viabilidad: el de Andrés Allamand y el de MOVILH. Los otros dos posiblemente terminen archivados.

-¿Por qué debiera haber matrimonio formalizado por ley entre personas del mismo sexo?

-Primero, por igualdad ante la ley. Los homosexuales son obligados a pagar el 100% de sus impuestos. Yo tuve que presentarme al cartón de reclutamiento e inscribirme para hacer el servicio militar obligatorio. Por lo tanto debiera tener la posibilidad de casarme como cualquier persona en un estado laico.

-¿En qué medida la unión entre homosexuales que se formalizara ante una futura ley, constituiría un matrimonio en el sentido de familia, unidad base de la sociedad?

-Hay una cuestión previa, antecedentes previos a los antecedentes de la familia. No vamos a ser reconocidos como familia por el hecho de que nos podemos casar. Nosotros ya constituimos familia en términos prácticos, concretos. Por lo tanto lo que se está buscando acá es que no haya familias de primera y segunda categoría y que el legislador reconozca distintas formas de construir familias.


¿ES REALMENTE UN MATRIMONIO?

Para la Iglesia, el hombre y la mujer de igual dignidad, con distintas funciones indicando la enseñanza de Cristo, que se unirán en una sola carne, se fundamentan en las fuentes de la iglesia, que son; la naturaleza humana y la Biblia (Génesis 2:24. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne).


La comunidad católica dice que la sexualidad se debe vivir ordenadamente y que el ejercicio del matrimonio es vivir entre hombre y mujer.

¿Qué es vivir desornadamente?, según las palabras del sacerdote Pablo Arteaga: es vivir la sexualidad solo y fuera del matrimonio. Este último punto tiene dos perspectivas: uno es antes del matrimonio y con otra pareja cuando ya estás casado. Es aquí dónde la Iglesia apunta, “ellos no están casados, por lo que están viviendo una relación fuera del matrimonio”.

La iglesia dice no cerrarse a ningún ser humano, es por ello que si asiste a la comunidad le brindan orientación, acompañamiento e inclusión. Todo amor tiene renuncia, si aman a Cristo deben renunciar (a su diversidad sexual)

Este reconocimiento jurídico que regula la relación y convivencia con iguales requisitos y efectos que los existentes para los matrimonios entre personas de distinto sexo, es considerado un tema de derechos humanos universales por diversas organizaciones de defensa. Este apoyo se basa en el argumento de la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos, así como en los problemas de salud física y mental que puede acarrear a las parejas del mismo sexo la prohibición del acceso al matrimonio. Además el reconocimiento de los matrimonios entre personas del mismo sexo permite la normalización de las relaciones.

ADOPCIÓN A MENORES

La necesidad que surge de las parejas homosexuales de adoptar a un menor, ha generado distintas posturas, que afirman que el desarrollo del niño se vería afectado en el ámbito psicológico. Además de que necesita un hogar bien establecido y para ello necesita imágenes de una madre y un padre. Otra postura frente al tema es que el niño pueda creer que lo normal es estar con una pareja del mismo sexo. Rolando Jiménez desmiente completamente esta teoría: “El 99% de los que somos homosexuales, nacimos en pareja heterosexuales. Si fuera así no habrían homosexuales, de tan sentido común como eso. Es un mito, un estereotipo, una caricatura, un temor atávico y una ignorancia”.

“el tema de la crianza de hijos propios o adoptados es una posibilidad que está en la naturaleza humana y desde el punto de vista de la adopción del niño es un acto de humanidad de compromiso social con la sociedad que él vive. Yo no sé si creer que alguien es tan cerdo de preferir que un niño esté en manos del SENAME, los conozco, son un asco”, precisó Rolando Jiménez.

La iglesia manifestó a esta interrogante de Jiménez, explicando que el problema no radica en si es mejor o no adoptar a un niño por homosexuales, sino que es necesario arreglar el SENAME.
A lo anterior Leonardo Fernández, respondió: “Ese no es problema de homosexuales, sino de las personas. Una pareja soltera que convive, ¿Puede adoptar? Una mujer sola profesional, ¿Puede adoptar? Ese es el punto, si nosotros confiamos en las personas, si reconocemos los derechos de las personas, porque aquí todo se fundamenta en una concepción sumamente arcaica de la iglesia católica, en que la base de la sociedad es la familia. No cualquier familia, sino la familia nuclear.

Algo que ni ellos mismos se creen.

Mónica Morán, aclara que la sociedad aun no está preparada para este cambio tan grande, que requiere tiempo de adaptación para la sociedad, tiempo en que se podría integrar a menores, ya que serán los más afectados, por el entorno que los rodea.

Alonso Córdoba Galán, 19 años, cuenta su experiencia de cómo asumió que era “diferente” al resto de sus compañeros del Colegio San Andrés.

“En febrero de este año, fui al medico porque sufría de crisis de pánico un problema psicológico que tengo desde hace muchos años, mi mamá me llevó al psicólogo para ver a que se derivaba eso. Eran frustraciones que tenía; repitencia, problemas con el colegio, me sentí frustrado, yo encontraba que en nada me iba bien”.

Al enterarse Claudia, madre de Alonso, que era gay, no dudó en apoyarlo respondiendo; por fin me contaste, pensé que ibas a demorar toda la vida y desde ahí me dio su apoyo. Claudia desde hace mucho ya estaba enterada, aunque el estudiante del Preuniversitario “Diversidad” lo había tratado de ocultar.

La reacción de todo su entorno fue buena, lo aceptaron con mayor razón al contar su gran secreto, “me veían feliz”.


(Reportaje para optar al Grado Académico Licenciada en Comunicación Social

Titulo: Periodista.
Nombre: Lorena Constanzo Miranda.
Director de Escuela de Periodismo: Ricardo Urzúa
Escuela de Periodismo.)

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